Según información brindada por la Dirección Nacional de Migraciones, de marzo a julio de 2022 más de 3000 jóvenes argentinos abandonaron el país. Cada una de las 23 provincias cuenta con un porcentaje de personas que ya lo hicieron o tienen deseos de hacerlo. Tucumán no es la excepción.
Melani, Mateo y Bárbara son jóvenes tucumanos que decidieron emigrar en 2022. Los tres fijaron como destino a Europa, un viejo continente que les propicia oportunidades, pero no el abrazo de sus familias y la cálida sociabilidad que tenemos los argentinos. “¿Quién dijo que sería fácil?”, sostienen los jóvenes.
Melani Brito Guerra nació en Monteagudo, departamento de Simoca, pero vivió muchos años en San Miguel de Tucumán hasta emigrar. La joven de 26 años nos saluda con un afectuoso “boa noite”, idioma que debió aprender cuando decidió mudarse a Lisboa, Portugal. Melani perdió a su mamá de 52 años en marzo pasado, sin embargo, a pesar de su dolor, decidió cumplir lo que alguna vez le prometió, salir de su zona de confort y buscar nuevos horizontes.
“Tiempo antes de irme de Argentina perdí a mi mamá, ella siempre supo que quería irme del país. Ahora estoy viviendo esta experiencia y sé que ella me acompaña”, señala la joven con mucha emoción. La muchacha asegura que llegar a Portugal lo vivió como una “bendición” y no como un “calvario”. En el país europeo trabaja de camarera en un hotel.
Mateo Paz tiene 25 años, nació en Metán, Salta, pero vivió muchos años en Tucumán y asegura que se siente un tucumano más. El joven salteño-tucumano emprendió viaje a principios de noviembre hacia Italia, país donde trabaja en un restaurante.
“Es muy grande la incertidumbre cuando compras el pasaje y tenes que esperar a irte, ahí te das cuenta de que ya no hay vuelta atrás, no hay más tiempo para pensarlo”, confiesa el joven.
Bárbara Kristal tiene 19 años y es oriunda de Yerba Buena. La joven, apasionada y con gran vocación por la música, decidió mudarse a España en septiembre de 2022 meses después de que su novio también haya inmigrado a ese mismo país.
“Cuando subí al avión tuve una mezcla de sentimientos. Sentí mucha tristeza porque dejas a tu familia, a tus amigos, a tu país, dejas tus costumbres, porque más allá de todo, Argentina tiene muchas cosas lindas. También sentís incertidumbre por no saber qué te deparará el futuro en el nuevo país”, relata la joven desde Málaga.
Fiestas Navideñas lejos de sus familias
“Siempre se extraña a la familia, sobre todo en estas fiestas. Navidad la pasé solo y Año nuevo lo voy a pasar trabajando. Aquí las fiestas son muy distintas, no hacen grandes festejos, se brinda y se termina todo”, sostiene Mateo desde Italia.
Melani Brito cuenta que estas fiestas navideñas fueron muy especiales para ella: “las fiestas fueron días tristes para mí, sobre todo porque pienso en mi mamá que ya no la tengo”. “Lo que hago es enfocarme en mi trabajo, eso me ayuda a no pensar tanto. Hay días donde tengo muchos bajones pero trato de recordar todo lo lindo de mi familia”, comenta la joven emocionada.
A la hora de comunicarse con amigos y familiares de Argentina, los tres tucumanos aducen que las videollamadas son de suma importancia para conectarse con sus seres queridos. “A mis abuelos les enseñé a hacer videollamadas así podamos comunicarnos. Éstas ayudan muchísimo. Es muy distinto emigrar ahora a lo que fue a principios de siglo”, asegura Mateo.
Al igual que el joven, Bárbara también hace hincapié en la importancia de las videollamadas. “Hago videollamadas con mi familia, todos los días los llamo. Hacer eso ayuda mucho y acorta las distancias. Con mis amigos también lo hago para contarles cómo estoy y saber de ellos, me desahogo cuando estoy triste y les pido consejos”, cuenta.
Festejar la tercera copa fuera de casa
Si bien hay argentinos en todos los continentes y los festejos por el tricampeonato de la Selección se vio en distintas ciudades del mundo, los jóvenes sostienen que extrañaron estar cerca de sus amigos y de sus familias en momentos como este.
Extrañaron el abrazo con papá y mamá, las lágrimas de emoción con hermanos y los eufóricos festejos con amigos.
“Viví casi todo el mundial en mi departamento, solo. La final fui a Roma y la cantidad de argentinos era impresionante, ahí me sentí como si estuviera en Argentina, pero de igual manera no es lo mismo”, dice Mateo.
"Barby" sostiene que en España los argentinos tomaron la calle principal de Málaga y todo fue fiesta, aunque confiesa con cierta nostalgia que “si hubiese estado en Tucumán lo hubiera festejado con sus amigos y claro que iría a la Plaza Independencia a festejar con todos”.
“Si hubiera estado en Tucumán, lo festejaba a lo loco. Vi que la gente hizo caravanas, yo me hubiese sumado a esas caravanas también”, señala Melani sonriente.
La nostalgia por Tucumán
En lo que coinciden los tres jóvenes es en la nostalgia que sienten por la comida tucumana y por la manera de sociabilizar que tiene la gente de nuestra provincia.
Siempre se supo que Argentina es un país en donde todos se abrazan con todos, los hombres se saludan con beso y la confianza entre personas se genera muy rápido. En el viejo continente no ocurre lo mismo.
“No tuve experiencias desagradables con gente de España, pero el argentino es un ser único, no se compara con nadie, no se ve en ningún lugar la calidez que tenemos”, expone Bárbara en base a sus experiencias.
“El italiano es muy parecido al argentino, pero después de un tiempo. Los primeros contactos son muy lejanos, son fríos. El argentino es muy sociable, aquí no. Aquí se ponen espacios entre las personas”, sostiene Mateo. “Extraño mucho salir con mis amigos de allá. Los amigos que tengo aquí son compañeros de trabajo, a veces coincidimos y otras veces no”, concluye el joven nacido en Metán.
Melani manifiesta sus deseos de volver a Tucumán para tomar mates con “buena” yerba, comer el clásico sándwich tucumano y comer las ricas empanadas que hacen en su pueblo natal. “No hay dulce de leche y si querés tomar mates no se consigue una yerba de buena calidad. Es muy poco el mercado de Argentina aquí en Portugal”, comenta la muchacha lamentándose.
Para agregar, Bárbara aclara que “en Europa hay restaurantes argentinos pero la preparación de la comida nunca será la misma, tal es el caso de las empanadas”.
“Que a la Argentina le vaya bien”
A modo de cierre, los jóvenes dieron sus deseos para el país que los vio nacer y crecer. Mateo, Barbara y Melani sostienen que nunca se podrá renunciar a ser argentino y que a pesar de ya no estar en el país desean ver una Argentina próspera.
“El deseo de todo argentino que se va es que el país mejore, más allá de irnos nadie quiere que a Argentina le vaya mal”, expresa Mateo.
“Mi principal deseo es que Argentina encuentre solidez y estabilidad en la economía que es la base de todo”, aporta Bárbara.
Por último, Melani cierra acotando que su deseo “es que en Argentina podamos plantar esa semilla de crecimiento, quiero que seamos un país mejor”.